La política sanitaria en Ceuta “es un despropósito de principio a fin”

El Sindicato de Enfermería ha pedido la intervención directa de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, en su calidad de máxima autoridad del Ingesa “para poner fin a la política de parcheo continuo que predomina en la Dirección del Ingesa de Ceuta”.

Entre las carencias que deben soportar usuarios y profesionales, el Sindicato de Enfermería considera como las más graves “las escasas plantillas, que están dimensionadas para atender a una población de 80.000 habitantes cuando la realidad es que se atiende a más del triple, teniendo en cuenta que somos el punto de referencia sanitario de todo el norte de Marruecos”.

Emilio Barrientos, Secretario General del Sindicato de Enfermería en Ceuta, explica que la enfermería de la ciudad “está a punto de tirar la toalla. La situación es penosa y muchos profesionales están pensando en trasladarse a la Península, buscando mejores condiciones laborales”.

No es normal, explica Barrientos, que cuando un profesional de enfermería cae enfermo, se coge vacaciones o pide un día libre para resolver un asunto privado tenga que ser el compañero el que se haga cargo de su trabajo. De esta forma, añade, los que realmente salen perjudicados, además de la enfermera, son los usuarios que no pueden ser atendidos de la misma forma ni con la misma dedicación. “Durante años, continúa el responsable autonómico de SATSE, gran parte del esfuerzo por mantener unos estándares de calidad elevados ha recaído exclusivamente sobre el profesional sanitario que ya no puede aguantar más”.

Además, explica Barrientos, es habitual que los días libres se concedan, no cuando se demandan, sino cuando a la Gerencia le viene bien, hecho éste que no tiene reflejo en ningún sistema de salud del Estado.

Otro de los problemas, comenta el responsable autonómico, es la creciente violencia que padecen los profesionales sanitarios debido a las condiciones en las que atiende a los usuarios: listas de espera interminables, masificación en centros de salud, carencia de profesionales para atender correctamente a los ciudadanos, cambios en las directrices y órdenes, etc.

Todo este cúmulo de circunstancias hace que la irritabilidad del usuario crezca y se culpabilice a quien no tiene culpa, al enfermero o a otro profesional sanitario. Por tal motivo, desde el Sindicato de Enfermería, y hasta que el Ministerio no ofrezca una solución, ha demandado la instalación urgente e inmediata de cámaras de vigilancia, arcos antimetales, botones antipánico y la presencia de personal de seguridad en aquellas dependencias más peligrosas. Mientras tanto, añade Barrientos, la Dirección del Ingesa, se vanagloria de su labor que ha consistido, según SATSE, “en tener descontentos a trabajadores y usuarios”.

El responsable autonómico también ha pedido que se revisen las condiciones de trabajo de los profesionales de enfermería del Hospital que, por ejemplo, carecen de zonas de descanso adecuadas (las existentes son diáfanas y carentes de seguridad) y se dote de la plantilla de enfermería necesaria para la correcta atención al usuario y para conciliar la vida laboral con la familiar (los permisos se disfrutan cuando se necesitan no cuando quiere la empresa).

“El otro día, refiriéndose a la visita de la ministra, todos los profesionales del Hospital estaban encantados ya que, al menos por unas horas, todo fue perfecto: la plantilla era casi la correcta, el usuario no tuvo que esperar en exceso para ser atendido y las atención fue, durante unas horas, casi idílica. Algunos profesionales de enfermería, explica Barrientos, nos han pedido que la ministra se pase por el Hospital dos o tres veces a la semana. Al menos durante esos días se trabajará en buenas condiciones y la enfermera podrá ofrecer la atención que merece el usuario”.